Hijo


Grillos nocturnos titilan en mi vientre
deseos de ser como la tierra,
Yerma descalza en búsqueda del secreto conjuro
de las paridoras...
-mi niño es un palomo de lumbre que él me deslizó por la oreja-
No sé quién es,
pero anda necio, intranquilo rondándome.
Dormida me saca de entre mis sábanas
para tocar mis pechos
que se crispan ateridos por el aire matutino
-mi niño quiere lumbre-
anclar en este fuego que quema su olor de brasa
calladamente
sobre el que hierve humilde solitaria herrumbre,
platinegro hollín,
mil veces encendido y apagado
sobre este espeso, caliente, amor.

Comentarios

Hola Adira te conoci en mi visita a tu pais presentadas por Henry Petrie y me quedo grbada tu poesía, hoy en mi sala de chat de poesía hemos compartido poemas de tu blog y le dije a los usuarios que si desean lo visitaran, y que tambien te escribieran. Adore el poema a tu hijo
Besos, triunfos

Gracee Marty
Uruguay

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